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editorial
buenos
tiempos
Q
ue sí. Nos pongamos como nos pongamos silenciar a la naturaleza de for-
ma permanente no es cosa nuestra. Y es que a los españoles nos gustan
salir de casa. Tanto es así que, nuestro país vuelve a abrir bares, según los
últimos datos de la consultora Nielsen a partir del Panel de Hostelería, en
concreto, se contabilizaron un 3,6% más el pasado año 2015, y existen previsiones
de crecimiento para la presente anualidad de un 1,5%.
La cifra es de 260.000 establecimientos repartidos de norte a sur, con una relación de
un bar por cada 175 personas, la mayor densidad del mundo, y con un perfil tipo que
no es otro que el de que 6 de cada 10 locales se corresponden con el llamado bar de
toda la vida, como apunta Nielsen. Aunque significativo es el dato que revela dicha
consultora acerca del incremento de establecimientos de restauración organizada,
siendo estos más de 7.500 en España. Situación ésta, en la que tiene mucho que ver
la fórmula de autoempleo vía franquicia. De hecho, el nacimiento de esos modelos
organizados es uno de los principales cambios que la Hostelería está experimentan-
do, como detallan.
Un bar es “mucho” bar. Se trata de un lugar amigo, testigo, confidente de vivencias,
emociones, celebraciones… Renunciar a todo ello por mucho tiempo es tarea ardua.
La crisis económica que hemos venido atravesando limitó esas salidas, había que
hacerle frente y las visitas a los locales de hostelería fueron unas de las partidas que
más sufrieron esos envites adversos. Pero ahora nos alegra conocer la noticia de que
volvemos a reunirnos en ellos, dando más carta blanca al ocio fuera del hogar. Una
diversión que parece preferir el día a la noche, creciendo el ocio diurno alrededor de
un 2%, con 226.450 establecimientos, en los que están excluidos los negocios esta-
cionales de costa y los de restauración organizada, tal y como se desprende de los
datos de Nielsen. Incremento de salidas que hace que el consumo diurno de bebidas
alcohólicas de alta graduación crezca por encima del 7%, casi tanto como la cerveza,
que roza el 8% de incremento.
Por tanto, parece que se disipan las nubes y vuelve a lucir el sol en un sector tan im-
portante para la economía española como es la Hostelería. Pero este canal no debe
dormirse en los laureles. El consumidor se ha vuelto más exigente y demanda vivir
una experiencia completa. Los hosteleros deben adecuarse a los tiempos y satisfacer
esas necesidades. Uno de los grandes retos es asumir la conexión digital como parte
de la vida misma. El estar conectados a la red no solo les permitirá conocer lo que
los clientes opinan de sus locales, de su oferta gastronómica…, sino también poder
incrementar su flujo de clientela. Hoy los medios de captación también conocen de
otras vías.
Asimismo, el consumidor del siglo XXI también es muy sensible al precio y encon-
trarse con ofertas, promociones o cualquier otra combinación en ese sentido será
muy de su agrado.
En fin, buenas noticias que, además en esta estación veraniega, no dejan de ser aún
más gratas. ¡Habrá que saber aprovecharlas!
¡Feliz lectura y verano!
María Concepción Escribano